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La clereca del mester

Author(s): Francisco Rico


Source: Hispanic Review, Vol. 53, No. 1 (Winter, 1985), pp. 1-23
Published by: University of Pennsylvania Press
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/474168
Accessed: 25-04-2016 14:43 UTC

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LA CLERECIA DEL MESTER

Tui faces a los barbaros fablar latinidad.


(Gonzalo de Berceo)

N los aledafios del 1200, un rimador an6nimo


cantaba en cuarenta y dos robustas cuartetas
A ' las alabanzas del hospital y las iglesias de
tabmmmm mm ..,m Roncesvalles, "ad radicem maximi montis Pi-
renei" (6c).1 Entre hielos y nieblas, en medio de
eriales, en una regi6n de pobres gentes, Ron-
cesvalles aparecia con la luz de un milagro:
"Pireneis montibus floret sicut rosa" (ic).
Locum in quo situm est rigor yemalis,
glacies perpetua, necnon nix annalis,
fere semper agravant, et aer brumalis;
sola est serenitas domus hospitalis.
Terra per circuitum sterilis omnino;
habitator quilibet eget pane, vino,
sicera et oleo, et lana et lino;
hospitale regitur Spiritu divino. (10-11)

Son versos del primero de los textos-apenas conocidos-que


nos servirain para inquirir que hombres y talantes animan las
nuevas orientaciones que la poesia latina y la poesia romance, en
convergencia, registran en Espafia en el alba del siglo xIII. No

1 Tengo en cuenta las ediciones de F. Fita, en Boletin de la Real Academia de


la Historia, 4 (1884), 172-84, y de L. Vazquez de Parga-J. M. Lacarra-J. Uria
Riu, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela (Madrid, 1949), III, 66-70; no
he visto aun la de H. Salvador Martinez, en Etudes de philologie romane
offertes a Jules Horrent (Lieja, 1980), pags. 279-93.

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2 Francisco Rico HR, 53 (1985)

por anonimo, asi, el autor recien citado deja de presentar una


nitida silueta. Caracteristico es ya, en el preambulo, el brio con
que proclama despreciar las leyendas y las supercherias (rolan-
dianas, obviamente) y cefiirse a los datos que pueden comprobarse
"ydoneis testibus" (3): la fundaci6n de la hospederia en 1132
("Post eram preteritis annis mille centum,/quibus datis septies
decem ad augmentum" [9]), la acogida que se otorga a peregrinos
o simples viajeros
("Porta patet omnibus, infirmis et sanis,
non solum catholicis, verum et paganis,
iudeis, hereticis, ociosis, vanis
et, ut dicam breviter, bonis et profanis") (15)

la organizaci6n de la enfermeria, la capilla (de Sancti Spiritus)


donde se sepulta a los muertos, la Colegiata erigida por Sancho
el Fuerte ("Huius regis genuit matrem Imperator" [37a]), el
edificante proceder de los "fratres et sorores" (38) que alli
practican "non ... opus hominis, ymo deitatis" (21), las virtudes
de don Martin Guerra, durante cuyo priorazgo (1199-1215) escribe
el poeta. Tanto o mas que consignar los datos le importa, sin
embargo, traducirlos a ensefianza, subrayar las lecciones que
inevitablemente contienen los hechos y las cosas. O los nombres,
desde luego: pues si Roncesvalles se llama 'valle de rocio' ("Domus
ista dicitur 'Roscidee vallis' " [4a]), cumple entender que es el
rocio de las obras de misericordia divinamente inspiradas ("Fun-
dens rorem gratie, hec largitur dona/Spiritus Paraclitus, a quo
cuncta bona" [5ab]). Nuestro autor gusta de orquestar los versos
con aliteraciones, asonancias, rimas internas;2 se complace no
s6lo en la etimologia, sino en la figura etimologica ("Volo tamen
laudibus eam collaudari" [3a], etc., etc.); y ocasionalmente se
apoya con destreza en los usos simb6licos ("velut alta pinus,/
erga Christi pauperes late pandens sinus" [39], por ejemplo). Pero
el modesto logro de la pieza esta mas bien en el arte de conjugar
la descripcion con la abstraccion y en el buen orden con que el
pensamiento se dispone en la "rimi series" (42c), con la sobria
eficacia que ahi mismo se elogia en el disefio de la capilla de
Sancti Spiritus:

2 Desde el mismo incipit: "Domus venerabilis, domus gloriosa,/domus ad-


mirabilis, domus fructuosa,/Pireneis montibus floret sicut rosa,/universis
gentibus valde gratiosa."

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La clerecia del mester 3

Huius est materia undique quadrata;


quadrature summitas est orbiculata,
cuius in pignaculo Crucis est parata,
forma per quam rabies hostis iacet strata. (35)

A juzgar por el tono distanciado-aunque afectuoso y admira-


tivo-, no parece que el anonimo se contara entre los canonigos
de Roncesvalles. Probablemente fue un clerigo que anduvo por el
hospital mas o menos de paso y qued6 agradecido al prior don
Martin.3 El recurso a la "era" de Cesar, sobre todo, lo delata
como espafiol. La latinidad-correcta y hasta una pizca rebus-
cada-, el nivel de la exposici6n, las reminiscencias biblicas y
lituirgicas, el interes por la historia nos aseguran que se trataba
de una persona docta. Junto al sabor de ciertos habitos expresivos
y al par que un eco notorio del Archipoeta,4 la metrica de que se
sirve no permite vacilaciones sobre la tradici6n literaria que le
era mas familiar. En efecto, el verso compuesto por un primer
hemistiquio proparoxitono de siete silabas y por un segundo
hemistiquio llano, de seis, y la estrofa que lo agrupa en cuartetas
monorrimas son por excelencia el verso y la estrofa de la tradici6n
"goliardica."5 Posiblemente nos hallamos, pues, ante el mas
temprano empleo de la Vagantenstrophe por parte de un poeta
hispano (y, si no gir6vago, cuando menos viajero). No se diria
mero azar que ello ocurra en una loa de Roncesvalles, por donde
entraba en la Peninsula el camino de Santiago. Porque 'la ruta
jacobea es por entonces uno de los dos o tres grandes eslabones
entre ambos lados de los Pirineos, uno de los factores que mas

3 Por desgracia, es inaceptable la propuesta del Padre Fita (vease n. 1), quien
atribuye la composicion a don Rodrigo Jimenez de Rada; vease tambien R. Garcia
Villoslada, La poesia ritmica de los goliardos medievales (Madrid, 1975), pag. 140.
Mas acertado estuvo Fita, me parece, al apuntar que el autor tuvo acceso al
archivo de los canonigos y, en concreto, se inspiro en el acta de fundacion del
hospital: es proceder bien acorde, segfin comprobaremos, con el del poeta de
Benevivere o de Berceo.
4 Vease Die Gedichte des Archipoeta, ed. H. Watenphul y H. Krefeld (Heidelberg,
1958), nfim. x, c. 25 ed (pag. 76; y cf. 40): "et vos idem facite, principes terrarum:
/quod caret dulcedine, nimis est amarum"; en nuestro poema, 33 d: "tenebrarum
principi nimis est amarum."
' Seria impertinente ponderar aqui lo convencional de esa designacion o
insistir en las diferencias entre la estrofa "goliardica" y la cuarteta-tambien
agoliardada-de asclepiadeos menores; vid. D'A. S. Avalle, "Le origini della
quartina monorima di alessandrini," en Saggi e ricerche in memoria di Ettore Li
Gotti (Palermo, 1962), I, 119-60.

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4 Francisco Rico HR, 53 (1985)

decisivamente acompasan las formas de vida en una y otra


vertiente: y es a ese nuevo ritmo europeo como se crea la
'instituci6n' que auin denominamos "literatura espafiola."6
A la altura del 1200 y al principio del camino de Santiago-
en el arranque de esa franja nortefia de ciudades y centros
eclesiasticos en la que se concentra una porcion tan vasta de
prosas y poesias latinas o romances-, las cuartetas sobre Ron-
cesvalles no pueden sino evocarnos la mayor novedad de las letras
castellanas en la primera mitad del siglo XIII:7 el "mester de
clerecia." Nos consta que la estrofa goliardica esta emparentada
de cerca-e incluso llega a confundirse-con el tetrastico mono-
rrimo de alejandrinos' que la influencia francesa, a comienzos
del Doscientos, extiende por toda la Romania como metro didactico
y narrativo, propio de un linaje de intelectuales que ahora sienten
con creciente intensidad el deseo o la conveniencia de difundir en
vulgar las riquezas de la cultura latina, copiosamente incremen-
tadas y transmitidas en los uiltimos decenios. Entre 1200 y 1250-
digamos-, entre las Vagantenstrophen del an6nimo de Ronces-
valles y las de Guillermo Perez de la Calzada (vease abajo, ad n.
117), el "mester de clerecia" es la version espaiola, inequivoca,
de esa escuela de dimensiones europeas. Lo es en los modos:
desde los exordios a las despedidas, pasando por la estructura y
concatenacion de las coplas, las preferencias sintacticas o el
ornato ret6rico, las obras en tetrametros monorrimos tienden a
mostrar una afinidad tan honda, que carece de sentido contem-
plarlas en una variedad lingiiistica sin atender simultaneamente
a las restantes (y, desde luego, es inuitil preguntarse por los
rasgos de estilo del "mester" castellano como si la respuesta

6 En estas paginas no paso de enunciar algunos temas y aducir unos cuantos


textos; los ampliare, si Dios quiere, en mi libro El primer siglo de la literatura
espaiiola.
7 Digo "castellanas," no solo por ser esencialmente castellana la lengua de los
textos, sino porque el "mester de clerecia" debe explicarse en una etapa de
pujanza castellana en la literatura hispanica medieval. No niego, sin embargo,
que la cuadernavia pudiera seguirse en otros dialectos peninsulares: en cuadernavia
aragonesa, asi, quiza se redactaron las Rimas sobre la preso de Malorques (por
Jaime I, en 1229), que empezaban "En el nombre de Dieus el mi comensamento"
y terminaban "elgunne ves provado," seguin el inventario de la biblioteca de
Martin el Humano (apud M. de Riquer, Historia de la literatura catalana
[Barcelona, 1964], I, 392).
8 Vuelvo a remitir al importante articulo de D'A. S. Avalle, "Le origini ...,"
pigs. 158-59.

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La clerecia del mester 5

pudiera darse s6lo con ingredientes peninsulares: en el mismo


saco de un Gonzalo de Berceo, verbigracia, hay que meter el
Podme moral y el Novel confort, la Babilonia infernale, las Laudes
de Virgine Maria y un centenar de titulos parejos).' E igualmente
en los contenidos y en las actitudes el "mester de clerecia" se
revela como esqueje cortado de jardines transpirenaicos.
Por encima de los parentescos estr6ficos, en las actitudes esta
justamente la coincidencia fundamental-a nuestro prop6sito-
entre el clkrigo de Roncesvalles y los clerigos del "mester." De
sobras sabemos c6mo lo caracteriza el Libro de Alexandre, en
una copla cuya luz reverbera por mas de un siglo:
Mester traygo fermoso, non es de joglaria,
mester es sen pecado, ca es de clerezia:
fablar curso rimado por la cuaderna via,
a silabas contadas, que es grant maestria. (2)10

Pero nada hay en esa cuarteta esencial que no tenga equivalente


en las cuarenta y dos cuartetas de que partiamos. Asi, por si no
fueran ya locuaces la exigente impostaci6n de la voz y el obvio
desvelo por la "maestria" en el versificar, el designio del poeta
hispanolatino se deslinda tambien por contraste expreso frente a
la "joglaria": pues el uno descarta tajantemente las patraiias que
la otra divulgaba sobre Roncesvalles-y que habian poblado el
lugar de apocrifos restos y huellas de Roldan y los suyos-,11
para atenerse a las noticias corroborables 'con testimonios id6-
neos'; porque "qui vult verum tempnere, falsum venerari,/nimis
est odibilis celo, terre, mari" (3). Tambien en "hec scriptura" (23)
se regula con destreza la "rimi series"-es decir, literalmente, el

9 El estudio del "mester de clerecia" con el imprescindible enfoque panromanico


se me antoja tarea prioritaria. D. A. Nelson (" 'Nunca devries nacer': clave de la
creatividad de Berceo," BRAE, 56 [1976], 23-82), por ejemplo, hace fitiles calas en
los procedimientos formulares de Berceo y del Alexandre, y J. K. Walsh ("Juan
Ruiz and the 'mester de clerezia.' Lost Context and Lost Parody in the Libro de
buen amor," RPh, 33 [1979-1980], 62-86) trae muchas indicaciones valiosas sobre
concordancias-que no siempre dependencias mutuas-entre los poemas castellanos
en cuadernavia; es necesario completar las monografias como sas dilatando el
ambito considerado hasta Francia e Italia.
10 Para las citas del Alexandre tomo en cuenta las ediciones de R. S. Willis
(Princeton, 1934) y D. A. Nelson (Madrid, 1979), y doy la lectura que, provisio-
nalmente, me parece mas cercana al original.
" Vease Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, nI, 95-108; y comp., por
otro lado, F. Rico, en Homenaje a la memoria de don Antonio Rodriguez-Mo-hino
(Madrid, 1975), pags. 548-51.

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6 Francisco Rico HR, 53 (1985)

"curso rimado"--,"1 abreviando el relato para no cansar al "au-


ditorium":

Bona prestat plurima domus pretaxata


que presenti pagina non sunt declarata;
nisi rimi series foret fini data,
auditori tedium daret protelata.
(42; vease 23, y abajo, ad n. 101)
0 tambien-arriba lo hemos leido-la estetica del cantor de

Roncesvalles admira la forma "quadrata" (35), preniada de impli-


caciones transcendentes.'3
En la Espafia de la epoca, nadie apuro tales implicaciones con
mas entusiasmo que el canciller de Alfonso VIII, Diego Garcia
de Campos, cuyo Planeta (1218)-selva inagotable de interpreta-
ciones aritmologicas, etimologicas y de toda laya simb6lica-
concibe la tetrada como clave del universo y la aplica reiterada-
mente al analisis literario (aun en la cuenta silabica, pues "nec
sillabarum vel litterarum numerus ... care[t] misterio sine
causa").14 Pero si viene al caso recordar a don Diego no es s6lo
porque desarrolle por extenso las doctrinas sobre la "forma
quadrata" o sobre muchos otros puntos en que asimismo concuerda
con el Poema de Roncesvalles y el Libro de Alexandre; ni porque
se enorgullezca de una "novitas loquendi," de la "grata .
recencia" de un "stilus novus" (pag. 201), en terminos cuyo mas

12 i" 'Curso rimado' es, pues, 'serie o sucesi6n de palabras, dispuestas ritmica-
mente,' " como bien glosa Isabel Uria en "Sobre la unidad del Mester de Clerecia
del siglo xiii. Hacia un replanteamiento de la cuesti6n," en las Actas de las III
Jornadas de estudios berceanos (Logrofio, 1981), pags. 179-88 (187). Desde el Santo
Domingo (8), el San Milldn (476, 482) y el Apolonio (628) hasta el Libro de miseria
de omne (4), la tradici6n de la cuadernavia, en efecto, y los paralelos latinos (vid.
solo R. S. Willis, art. cit. en la n. 13, pag. 216, n. 15) no permiten otra explicacion.
13 Sobre "cuadernavia" en relaci6n con "quadrivium" y "as the symbol of the
clerkly spirit and content of the poem," llamo la atencion el excelente ensayo de
R. S. Willis, "'Mester de clerecia.' A Definition of the Libro de Alexandre," RPh,
10 (1956-1957), 212-24; y yo apostille (ibidem, 33, 144 [= Primera cuarentena,
(Barcelona, 1982), pag. 49]) que la variante del MS. P ("cuaderneria") nos orienta
hacia un dominio universitario.
14 Diego Garcia, Planeta, ed. M. Alonso (Madrid, 1943); la frase citada, en la
pag. 355; o vid. pag. 337, sobre las cuartetas del Ave, maris stella: "in quatuor
clausulis . . ., quia quadrata forma est plena et stabilis"; para otras referencias,
vease simplemente F. Rico, El pequeiio mundo del hombre (Madrid, 1970), pags.
47-50 (y 50-59, en relacion con el motivo del microcosmos, los planteamientos
simbolicos y las miras enciclopedicas que, como tantas cosas, comparten el Planeta
y el Alexandre).

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La clerecia del mester 7

memorable analogo proximo esta en la "nueva maestria" del


Libro de Apolonio. Es, en especial, porque identifica con pulcritud
al sujeto de las actitudes cuya coincidencia estoy apuntando-
rapida, levisimamente-en el panegirico de Roncesvalles y en el
Alexandre: el clerigo letrado, de formacion o vocacion universitaria
(y no por fuerza ordenado de mayores).
"Scolares quidem sunt clerici," define el Planeta (pag. 226).
Pero son clerigos que no se aislan, que estudian y ensefian y
trabajan en el mundo-"in mundo ..., in agone ..., in
lucta"-, a la vez palomas y serpientes.15 Son clerigos con el pie
en el suelo y el ojo en el cielo, que no comen la sopa boba, antes
andan a vueltas con los libros, los traducen, comentan, exponen,
viven para ellos y mueren con ellos en las manos.
Profecto reversa est ecclesia per scolares. Isti enim sunt qui in igne
positi non uruntur;'6 qui pedem tenent in mundo et mentem in celo; qui
pede pressa terunt, ore superna petunt; qui virtutum pennis mundanas
transvolant dignitates; qui studiis se exercent, qui vigiliis se afligunt,
qui panem non comedunt ociosum; qui non vivunt ut comedant, sed
comedunt ut vivant; "qui querunt toto fugiencia gramata mundo/et
redimunt noctis commoditate dies." Qui scripturas transferunt cum
Iheronimo, referunt cum Ambrosio, discutiunt cum Augustino, incutiunt
cum Gregorio. Secuntur enim Iheronimum in translationibus, Ambrosium
in expositionibus, Augustinum in disputationibus, Gregorium in moralibus
gloriosum, et in aliis alios sanctos patres ... Scolares etenim post longa
gignasia et erumpnas diutinas, non corde set corpore tantisper a studio
temperantes, fiunt sepius columpne in domo Domini indefesse. Verus
autem scolaris videtur cum littera quoddam pulchrum matrimonium
contraxisse. Unde illud: "Vivit ut addiscat et in ipso limine mortis/in
dextra librum posse tenere cupit." (pigs. 406-07)17

15 "Ille scolaris est dignus Christo qui est simplex sicut columba et, ut
loquamur cum Domino [Mateo x.16], prudens sicut serpens. Columba simplicitate,
serpens prudencia; columba ne supplantet, serpens ne supplantetur; columba ne
decipiat, serpens ne decipiatur" (pag. 221).
16 Sera otra de las reminiscencias goliardicas de Diego Garcia, tambien l
lector de la "Confesion" del Archipoeta (ed. cit., x, 8a): "Quis in igne positus igne
non uratur?"
"7 Es harto conocido el motivo del sabio que expira sobre el libro, segun se
contaba de Platon (vid. solo mi Vida y obra de Petrarca, I: Lectura del "Secretum"
[Padua-Chapel Hill, 1974], pag. 159, n. 122). Pero ignoro de d6nde vienen los dos
versos que cierran el pasaje y que posiblemente procedan del mismo texto que
los citados unas lineas arriba: seria interesante averiguar que fuente difundia los
ideales que en ellos se expresan; comparese L. Thorndike, "Unde versus," Traditio,
11 (1955), pags. 163-93, sobre el acervo de "anonymous, but apparently well
known and traditional verses" que manejaban los scholares de la epoca.

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8 Francisco Rico HR, 53 (1985)

Son clerigos, pues, muy distintos de los viejos curas "inscii


litterarum," de ignorancia tan sin remedios8 como el "missacan-
tano," "idi'ota," "pobre de clerecia," de los Milagros de Nuestra
Seiora (220-21). Los "scolares" en cuesti6n tienen la querencia
de aprender-contra viento y marea: "scolaris huiusmodi vincit
noctem lucernis" (pag. 227)-y de comunicar lo aprendido, estan
dispuestos a aprovechar las exenciones y privilegios que se les
conceden para frecuentar los centros de instrucci6n promovidos
por la jerarquia y donde se remansa el estupendo caudal de
saberes que ahora fluye un peu partout. Era una coyuntura bien
conocida por Diego Garcia, andariego por Francia-tal vez "sco-
laris" en Paris-, presente en el concilio (Letran, 1215) que tan
perentoriamente urgi6 una mejor educaci6n del clero,19 devoto de
Rodrigo Jimenez de Rada, el protector de las universidades de
Palencia y Salamanca . . . Don Diego ponia a los "claustrales"
un grado por encima de los "scolares" ("bonus est status scolaris,
melior claustralis") y se congratulaba de que algunos subieran el
peldahio: "Bonum est fuisse scolarem tuum, [Domine], set melius
est esse claustralem tuum ..., non evagando per scolas, set
permanendo in claustro" (pags. 221, 223).20 Pero la erudici6n y
sus secuelas se le ofrecian como exclusivas del "scolaris," mientras
al "claustralis" decidia amonestarlo con la sentencia de Ap6stol:
"'Sapiencia huius mundi stulticia est apud Deum' [1 Corintios
III.19]; nam ex opposito sapiencia Dei stulticia est apud mundum"
(pag. 229).
Las observaciones del Planeta son una pertinente confirmaci6n,
desde dentro, de una evidencia que ya teniamos por otras fuentes:
en torno al 1200, los monjes han perdido o estan perdiendo la
hegemonia cultural que por tanto tiempo les ha correspondido, y
el arquetipo del intelectual pasan a darlo los "scolares . . .

Is P. Linehan, The Spanish Church and the Papacy in the Thirteenth Century
(Cambridge, 1971), pag. 31 y n. 4.
19 Vid. D. W. Lomax, "The Lateran Reforms and Spanish Literature," Ibero,
1 (1969), 299-313.
2 Es divertida-y sintomatica-la reflexi6n del autor ante la creciente movilidad
social: "Scribo . . . quando nulli propria sedet condicio et quisque statum quem
desideraverat non prescribit . . . Quando niger monachus in regularem canonicum,
regularis in secularem, secularis canonicus in militem, miles in ioculatorem non
magis mirabiliter quam miserabiliter se transformat; vel, ut saltum faciat in
peccatis, ipse monacus hystrionaliter in panthomimum non imprudencius quam
impudencius se deformat" (pag. 183).

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La clerecia del mester 9

clerici," abiertos a la nueva sociedad21-progresivamente urbana,


con economia de cambio y circulaci6n de pobladores-, curiosos
de toda disciplina-y ansiosos de lucirla-, "evagando per scolas."
No cabe aqui esbozar mas por largo los elementos de tal arquetipo.
Debe bastarnos la certeza de que a principios del Doscientos no
pocos espafioles lo percibian tan distintamente como don Diego
y pretendian apropiarselo o se sentian atraidos por 61. El Poema
de Roncesvalles y el Libro de Alexandre, en diversa medida-
obviamente-y desde perspectivas peculiares, transparentan una
misma imagen: el perfil de ese intelectual en ascenso.
Los anales de la poesia latina nos guian por otras sendas a
los origenes del "mester de clerecia." Concibamoslo como lo
concibamos, siempre habremos de tomar en cuenta que el modelo
sobre el cual se regul6, el punto de referencia uiltimo para los
cultivadores de la cuadernavia, fue en Espania el Libro de Ale-
xandre.22 Pero no olvidemos el abece: el Alexandre es un libre
romanceamiento de la Alexandreis (hacia 1182) de Gautier de
Chitillon; y hoy podemos juzgarla "mocking epic"23 o como se
nos antoje, mas en las cercanias del 1200 la Alexandreis era
basicamente un libro de escuela, una respetable lectura de escolar.
Entr6 pronto "in scholis grammaticorum,"24 en los catalogos de
auctores, y es bien natural que, si la primera universidad espafiola

21 De entre la abundante bibliografia, realzo s61o el libro de M. Peset y J.


Gutierrez Cuadrado, Cl6rigos y juristas en la Baja Edad Media castellano-leonesa
(Vigo, 1981), Anejo II al vol. III de Senara, donde se articulan con acierto muchos
datos bien seleccionados. En el marco de los testimonios literarios, no hace falta
ir mas alla de una obra tan relevante en la temprana historia de la cuadernavia
europea como es el Poeme moral (ed. A. Bayot [Bruselas, 1929]): el clerigo que lo
compuso se dirige a un puiblico lego (y no desperdicia ocasi6n de embestir contra
los juglares), pero marca resueltamente las distancias frente a los monjes y la
vida monastica, a favor de quienes, como l mismo, actuian "en mi le bruec del
siecle" (870b).
22 De la prioridad cronol6gica y la funci6n modelica del Alexandre trate en
mi ponencia "Orto y ocaso del mester de clerecia", leida en San Millan de Yuso
en diciembre de 1977, en las II Jornadas de Estudios Berceanos, y destinada a
publicarse-cuando pueda afiadirle la anotacion oportuna-en los Cuadernos de
investigacibn filol6gica de Logrofio.
23 D. M. Kratz, Mocking Epic: "Waltharius," "Alexandreis" and the Problem of
Christian Heroism (Madrid, 1980).
24 Vease Galteri de Castellione Alexandreis, ed. M. L. Colker (Padua, 1978),
pag. xx.

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10 Francisco Rico HR, 53 (1985)

contaba en 1220 con un "auctorista,"25 la epopeya de Gautier


figurara entre los textos obligatorios. No hay duda, en efecto, de
que los estudiantes de Palencia la frecuentaban antes de 1226.
En un epistolario entonces salido de sus manos, cierto conde
increpa a unos caballeros reos de "proditio" comparandolos a los
dos grandes traidores de la Alexandreis: "in dolo Narbazonem,
necnon Antiphatem in sevitia imitantes."26
No es inevitable pensar que el poeta del Libro de Alexandre
habi'a aprendido "de cuer . . los auctores" (40c) y "los auctoristas"
(1197a) precisamente en las aulas palentinas. Puede ser; pero, si
fue, no pasaria de una anecdota, y Palencia me importa ahora en
tanto categoria, emblema de la 'institucionalizaci6n' en Espafia
de la nueva cultura europea. Quienes se educaran en Palencia no
podi'an diferenciarse gran cosa de los salidos de las universidades
transpirenaicas, y, por otro lado, no dejarian de diseminar su
saber en otros lugares. En cualquier caso, hay una inconfundible
proclividad universitaria en el gozo con que, al ojear "la mapa-
mundi," nuestro poeta se demora en Paris-"de toda clerecia avie
y abondancia"-y en Bolonia: "de leys e decretos essa es la
fontana" (2582-83). Si, la "clerecia" del Alexandre ha pasado por
la universidad. De ahi Ilegan la formacion en el trivium, exhibida
a todo proposito, y el entusiasmo por Aristoteles y la filosofia
natural: el maestro y la disciplina que vienen a revolucionar en
tal medida las facultades de artes, que ya en 1210 hay que
ponerles dique en Paris.27 Pero si los estudiantes de Palencia
copiaban y componian cartas relativas a pleitos entre caballeros,
y si en ellas sacaban a relucir a los villanos de la Alexandreis
junto a menciones de Catilina o Pilades y citas de Ovidio,28 es

25 Hay referencias en A(fonso el Sabio y la "General estoria" (Barcelona, 19842),


pag. 174.
26 Edici6n de A. M. Barrero Garcia, "Un formulario de cancilleria episcopal
castellano-leones de siglo xIII," en Anuario de historia del derecho espaliol, 46
(1976), 671-711; para el contexto de la frase citada, vid. abajo, n. 28.
' Valgan las indicaciones que doy en "'Por aver mantenencia.' El aristotelismo
heterodoxo en el Libro de buen amor," en el homenaje en prensa a J. A. Maravall.
28 He aqui un extracto: "Revixerunt perfidie patratores, Catilina videlicet et
Cetegus; iam nullus Teseus ad undas Stigias earum Piritoum commitatur [sic],
non vivus Pilades qui Orestem a furiis tueatur. Recesserunt a terris fides et
veritas, 'in quorum subiere locum fraudes dolique' [Metamorfosis, I, 130]; iam 'non
est ospes ab ospite tutus,' 'fratrum quoque gratia rara est'; 'lurida terribiles
miscent a[c]oni[t]a noverce' [ib., 144-45, 147]. Quid continua fulmina cessant,

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La clerecia del mester 11

porque la educacion universitaria les abria el paso a los ambi-


cionados empleos en las secretarias seiioriales y reales (tan
nutridas de clerigos, que los obispos no cesaban de protestar de
que los magnates les mermaban la jurisdicci6n).29 El Alejandro
del Libro era a la par "tesoro de proeza" y "arca de savieza"
(1577), con doble caracterizaci6n que inspira y conforma toda la
obra (vid. n. 34). No debiera sorprender que el poeta que le presto
tales rasgos-abultando en particular la "clerecia" solo ligera-
mente esbozada por Gautier-hubiera gustado la "savieza" en el
ambiente universitario y tuviera ocasion de reflexionar sobre la
"proeza" en la cancilleria de alguin noble enzarzado en luchas
analogas a las del Conde cuyos rivales se equiparaban a Nab'r-
zanes y Antipatro en el epistolario palentino.30
Los estudiantes que compilaron la correspondencia en cuesti6n
debian tambien de haberse dejado las cejas sobre un poema harto
menos distraido que la Alexandreis: el Verbiginale compuesto
hacia 1215 o 1220 y dedicado a don Tello, obispo de Palencia, por
un borroso Pedro de Blois (pronto veremos quien pudo ser).3' El

'Iupiter, rex astrorum, urens corda perfidorum'? Si venisset plaga quam pacior a
manu extranea, cum maiori vulnus sustinerem modestia, iuxta illud Ovidii
[Heroidas, v, 7-8]: 'leniter ex merito quicquid paciare ferendum est,/que venit
indigna pena dolenda venit'; set quod non expecto vulnus ab hoste tuli. Non est
mirum si doleam, cum mens mea sit telo inopinabili perforata. Nutriebam
tenerrime canem, set perfidus momordit digitum; non a suis mihi cavebam
morsibus. Unum modo me sentio vulneratum, nam tales milites, in dolo Narba-
zonem, necnon Antiphatem in sevitia imitantes, ad meum quondam invexi
servitium et adeo meam familiaritatem adepti sunt quod eis omnia mea tam
pacis quam guerre negotia exponebam. Set in me proditionis toxica effundentes,
in me suum dolose calcaneum erexerunt et, ad modum venefici latronis, immo
siccarii, se habentes, inimicis meis mea consilia exponendo, me cum cauda ceu
scorpius pupugerunt," etc., (ed. A. M. Barrero Garcia, ? 11, pag. 700, con
identificaciones y correcciones mias).
29 M. Peset y J. Gutierrez Cuadrado, ClHrigos y juristas, pag. 94.
3o R. S. Willis (" 'Mester .. .," pags. 222-23) propone ver el Alexandre como
"a monument to the saintly Fernando III ..., written towards or just after the
end of his life," o como un homenaje a Alfonso el Sabio, "either as infante or
new king"; pero, si el autor hubiera tenido en mente un destinatario regio, es
inimaginable que no llegara a nombrarlo, y, por otra parte, el Libro ha de ser
anterior a los mas tempranos textos de Berceo (vease n. 22).
3" Conozco y utilizo dos manuscritos del Verbiginale: el 1578 de la Biblioteca
Nacional de Madrid y el Ripoll 122 del Archivo de la Corona de Aragon; son muy
imperfectas las noticias de ambos que se encuentran en los respectivos catalogos
impresos: me propongo corregirlas en otra ocasion (vease n. 42).

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12 Francisco Rico HR, 53 (1985)

Verbiginale es un largo tratado en verso-mayormente leonino-


sobre morfologia verbal, salpicado de apostillas pros6dicas:
Lex supinorum datur hic et preteritorum;
verbi structura patet hic; tibi subiugo plura,
nam cum mutatur vocalis vel breviatur
aut si longatur, hoc dogmate notificatur.

Pero, antes de entrar en materia tan seca y prolija, Pedro de


Blois aleccionaba al lector con un prosimetro de mas altos vuelos,
como enderezado que esta a ponderar la necesidad de que el sabio
transmita su ciencia al pobrecillo ignorante, en vez de reservarsela
para si. Predicando con el ejemplo, pues, comenzaba calcando el
incipit de un opuisculo de Uguccione da Pisa:
Sapientis est desidie marcescenti non succumbere, sed pocius, ocioso
invigilando labori, aliquid de phylosophie fontibus aperire, ut prophani
discoli et idiote, ab eius templo procul exorbitantes, quasi melle[i]
nectaris quadam aspergine valeant aspergi, provecti ac magis periti
apertiori luce rationis sibi exaurire ac in alios transfundere confidencius
audeant atque possint.32

Para seguir remachando la idea-probablemente con ecos de


Alain de Lille-hasta los uiltimos parrafos versificados del pr6logo:
Commoda non latitent, deposcant publica; vitent
hec non audiri que constat commoda sciri.
Utile cum latitat, fieri tunc utile vitat .. .3
Ergo, liber, vade, rudibus que predico trade:
plurima noscentur que nunc occulta tenentur

Es, ni ma6s ni menos, la actitud con que se abre el Libro de


Alexandre:

Sefiores, si quisierdes mi servicio prender,


querriavos de grado servir de mi mester:
deve de lo que sabe ome largo seer;
si non, podrie en culpa e en riepto caer. (1)

3'11 "De dubio accentu" di Uguccione de Pisa, ed. G. Cremascoli (Bolonia,


1969), pig. 57; el texto de Uguccione (algo anterior a 1190) invita a leer "curioso
invigilando labori" y "vice rationis."
33 "Exeat illud/in commune bonum, melius sub luce patebit./Nanque bonum
quod sepe latet splendore minori/degenerat lucetque magis si luce fruatur," se
lee, por ejemplo, en el Anticlaudianus, I, 345-48 (ed. R. Bossuat [Paris, 1955], pag.
67).

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La clerecia del mester 13

El autor infunde a su heroe el mismo afin de conocer y esparcir


los conocimientos que determina la composici6n de la obra entera;
e incluso se lo hace expresar con palabras que no tienen equiva-
lente en la Alexandreis (Ix, 545-77), pero si coinciden de maravilla
con el "plurima noscentur que nunc occulta tenentur" recien
hallado en el Verbiginale:
Envi6nos Dios por esto en aquestas partidas,
por descobrir las cosas que yazen sofondidas;
cosas sabran por n6s que non serien sabidas (2291)
Como sea, no descuidemos que ese afin de conocimiento es
inseparable del afan de gloria que jamas abandona al protagonista:
"seran las nuestras nuevas en cor6nicas metidas" (2291c).~ Porque
el Alexandre, aun partiendo de ella, supera a la propia Alexandreis
en el entusiasmo por la fama, que vence a la muerte perpetuando
dichos y hechos:

Pues que de la muerte ome non puede estorcer,


el algo deste mundo todo es a perder,
sy ome non gana pres por dezir o por fer:
valdria mas que fues muerto o fues por nacer. (72 = 771)
Sy murieron las carnes, que lo han por natura,
non muri6 el buen prescio: oy encara dura;
qui muere en buen prescio es de buena ventura,
que lo meten los sabios luego en escriptura. (2668)

Pero ocurre que Pedro de Blois, en el prosimetro inicial, celebra


a su vez la fuerza inmortalizadora de la fama recordando la
Alexandreis en mas de un punto, tomando como encabezamiento
un verso de Gautier (vI, 336) y dirigiendolo al panegirico del
Obispo de Palencia ... y de si mismo:

"Sola mori nescit eclipsis nescia virtus."


Non ergo moritur huius qui laude potitur.
Accelerans, fama, per mundi climata, clama,
huius dans35 gesta, nam vult hic honestus honesta.
Hunc laudant mores, laudant virtutis honores;
hunc speculum cleri Dominus providit haberi.

3 Vid. M. R. Lida de Malkiel, La idea de la fama en la Edad Media castellana


(Mexico, 1952), pags. 167-97, y los estudios mencionados en las notas 13 y 14.
35 "Id est, 'dicens,' " explica una glosa interlinear del Ms. Ripoll 122, fol. 1.

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14 Francisco Rico HR, 53 (1985)

Gloria longevum Telli mansura per evum


vivet per invita, tanta virtute polita.3"

El hexametro de la Alexandreis destinado a exaltar la fama del


guerrero (de los soldados de Dario, concretamente) se trueca en
el Verbiginale elogio de la clerecia. Elogio de don Tello en tanto
"speculum cleri," dechado y mentor de los scholares palentinos
que habian de acercar a los "discoli"37 los tesoros del saber; y
elogio de Pedro de Blois en tanto cantor e instrumento del Obispo
y, en el colof6n, miembro del estamento predilecto de Dios:
Summe pater rerum, qui pre reliquis tibi clerum
eligis in sortem, virtutibus hunc tibi fortem
elige

El Verbiginale carga el acento rigurosamente en consonancia con


el Libro de Alexandre y hasta trae ecos de las mismas voces que
dan vida al poema castellano. El estudiante que hubiera sudado
el manual de maese Pedro no dominaria dinicamente preteritos,
supinos y prosodia verbal: desde el pr6logo se habria familiarizado
con el temple intelectual que sustenta el texto primario del
"mester de clerecia."
Don Tello Tllez de Meneses, en alianza con Alfonso VIII de
Castilla, logr6 convertir en studium generale la vieja escuela
episcopal palentina, hacia el mismo afio de 1212 en que fue
consagrado obispo. Para entonces, hizo venir "sapientes a Galliis
et Italia ..., et magistros omnium facultatum Palentiae congre-
gavit, quibus et magna stipendia est largitus, ut omni studium
cupiente quasi manna aliquando in os influeret sapientia cuiuslibet
facultatis."38 Se paseara o no por la ciudad, Pedro de Blois
tambi6n hubo de cobrar un "magnum stipendium" por una tarea
tan ardua como pergefiar los dos mil versos del Verbiginale "ad
onorem . . . domini T[elli], venerabilis episcopi Pallentini, per
quem Palencie virgineus Elicon vigere studium gratulatur; cuius

3"Cf. Alexandreis, VI, 509-10: "Vivet cum vate superstes/gloria Patronis


nullum moritura per evum" (y vid. la nota de M. L. Colker ad loc.).
37 "Dicitur autem discolus quasi 'a scola divisus,' " sefiala el pseudo-Boecio del
De disciplina scolarium, II, 3 (ed. O. Weijers [Leiden-Colonia, 1976], pag. 99; y vid.
144, ad loc.), de acuerdo con Uguccione da Pisa (apud Uguccione, ed. G. Cremascoli,
pag. 7, n. 9).
3 Rodrigo Ximenez de Rada, Opera, ed. F. de Lorenzana, (Madrid, 1793), pag.
174.

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La clerecia del mester 15

moribus, liberalitate et eloquencia, largitate, magnanimitate et


magnificencia ceterisque virtutibus, non solum commemorata
civitas, set tota Hispania a primis cunabulis ipsius floruit, floret,
in perpetuum et florebit." Aun descontando la hiperbole que
pueda haber en semejantes piropos, las alusiones a Palencia como
morada de las musas y a la dadivosidad de don Tello nos conducen
al periodo de esplendor del studium: hasta 1215 o 1217, y luego,
tras un parentesis de dificultades econ6micas, de 1220 a 1225,
antes de que la universidad empezara a hacer agua por muchos
costados.39 Por otra parte, la recluta de "sapientes" forasteros en
el curso de la cual debi6 de producirse el encargo o el ofrecimiento
del Verbiginale probablemente se limit6 a tal periodo;40 y dentro
de ~1 seria tanto mas activa y eficaz cuanto mas proxima al
momento fundacional. Parece mejor, asi, situar el trabajo de
Pedro de Blois "hacia 1215-1220" que en fecha posterior.
El versificador del Verbiginale se presenta simplemente por el
nombre de pila:

Si querat lector huius quis dicitur autor,


Petrus ego dicor, cui Christus petra riget cor;

pero el 6xplicit de uno de los dos manuscritos de que tengo notieia


lo identifica como "magister Petrus Blasensis," es decir, 'Blesen-
sis.'41 ,De que Pedro de Blois se tratara? No, claro esta, del
arcediano de Bath y cortesano de Enrique II, valioso poeta y
esplendido prosista (t1212), sino-creo-del "magister Petrus
Blesensis" a quien su mas celebre hom6nimo dirigi6 un par de
cartas y menciono en otra de 1176 o 1177 como favorecido por
Juan de Salisbury, en Chartres, donde, en efecto, en 1181 se

39 Remitire solo a la excelente informacion que trae A. D. Deyermond, Epic


Poetry and the Clergy: Studies on the "Mocedades de Rodrigo" (Londres, 1969),
pags. 117-22.
40 Los maestros extranjeros presentes en el cabildo palentino aparecen justa-
mente entonces: "a saber, Fornelino en 1210, Guillermo de Maranae en ese mismo
aio, Od6n en 1223, Lope, Abril, Pelayo y Tiburcio entre 1223 y 1226" (asi V.
Beltran de Heredia, O.P., Cartulario de la Universidad de Salamanca (1218-1600)
[Salamanca, 1970], I, 41).
41 Biblioteca Nacional, Ms. 1578, fol. 238. Al Verbiginale parece corresponder
tambien la referencia a "Petrus Blesensis" que hace en 1453 Juan Alfonso de
Benavente (F. Rico, Nebrija frente a los bdrbaros [Salamanca, 1978], pag. 34, y
vease 103, para otra probable mencion de la obra en 1491).

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16 Francisco Rico HR, 53 (1985)

encuentra documentado un "magister Petrus Blesensis."42 El


Arcediano de Bath, al tiempo que ensalza las excelencias de la
fama, en especial si literaria ("sola scripta sunt quae mortales
quadam famae immortalitate perpetuant"), sefiala que su tocayo
se ha distinguido por su "elegantisima" poesia y-afiade en otra
epistola-por la "scientia scholaris." Si reparamos en que ademas
lo tiene por afin a si por cuanto atafie a la "acquisitio reddituum
vel magnatum familiaritas," dificilmente nos sera licito rehuir
la convicci6n de que el corresponsal del Arcediano de Bath y
protegido de Juan de Salisbury es el "magister Petrus Blesensis"
que dedic6 el Verbiginale a Tello Tdllez de Meneses, a beneficio y
para fatiga de los universitarios espafioles.
No llev6 mala carrera nuestro Pedro de Blois. El mero hecho
de verlo carteindose con su gran homonimo e instalado en
Chartres al arrimo de Juan de Salisbury nos encamina a la veta
mas noble de la cultura europea en el siglo xII, a la mas fructifera
uni6n de eloquentia y scientia. Don Tello se relacion6 con el,
segun todas las apariencias, porque le interesaba la harmoniosa
convivencia de trivium y quadrivium que inmediatamente sugieren
los personajes y los lugares vinculados al autor del Verbiginale
(por no hablar de las lecturas que este aduce o refleja, de Calcidio
a Alain de Lille).43 No seria Pedro el uinico vastago de tal linaje
que aportara su contribucion al studium palentino: entre los
"sapientes a Galliis" alli convocados no podian faltarle hombres
de curriculum y espiritu similares. Ni fue Tello Tellez el unico
contemporaneo atraido por el vigoroso humanismo medieval que
Chartres y Juan de Salisbury ilustran con tanta eminencia: Diego
Garcia y Rodrigo Jimenez de Rada-por no tener que aducir
otras figuras-no se explican sino en esa tradici6n, que, aun
combatida por el fanatismo de la 16gica y la metafisica, en el

42 Las cartas se hallaran en la Patrologia latina, cCvII, cols. 231-39; para el


documento de 1181, vease el fundamental trabajo de P. Dronke, "Peter of Blois
and Poetry at the Court of Henry II," MS, 38 (1976), 185-235 (197, n. 45); sobre
la identificaci6n del autor del Verbiginale discurri en la ponencia "Two Peters of
Blois?," expuesta en 1979 en el Liverpool Latin Seminar (y de la que se hace eco
R. Wright [Late Latin and Early Romance in Spain and Carolingian France
(Liverpool, 1982), pag. 245], en un contexto de interes para mi tema de ahora);
espero publicar en alguin momento un estudio detenido en torno a la obra y sus
diversos problemas.
4' Baste remitir al ensayo de E. Jeauneau, "Jean de Salisbury et la lecture
des philosophes," REA, 29 (1983), 145-73, tan perceptivo como rico en bibliografia.

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La clerecia del mester 17

Doscientos espafiol se prolonga hasta Alfonso el Sabio y Juan


Gil de Zamora.44 Deponiendo en identico sentido, el Libro de
Alexandre testimonia que los ideales de la clerecia universitaria,
en mas de un aspecto educada en los ultimos resplandores del
'renacimiento del siglo xII,' alentaron tambien la nueva literatura
romance.

El Verbiginale no s6lo nos acerca al Alexandre por el talante-


y el trasfondo-que revela Pedro de Blois o por el recurso a
Gautier de Chatillon. Un tratado asi no era ninguna nifieria:
quiere decir que en Palencia y en las demas escuelas que lo
usaron (vease n. 41) la gramatica se estudiaba con notable
hincapie. No bastaba la informaci6n al respecto que proporcionaba
el Doctrinale (1199) de Alejandro de Villedieu, universalmente
empleado: se requerian todos los pelos y sefiales "de preteritis et
supinis" y "de correptione et productione eorumdem in primis
sillabis." Pero sucede que sobre la cantidad de las primeras
silabas versaba igualmente otro de los manuales en verso utili-
zados en la universidad palentina: el Opusculum Servioli (o
Serviolus a secas), de unos trescientos hexametros leoninos,45
copiado en el mismo manuscrito que contiene el epistolario-
arriba recordado-con huellas de la Alexandreis.

Es un manuscrito (Biblioteca de Catalufia, 776) sin desperdicio.


Tipica miscelanea universitaria, de pequefio formato, comienza
con una serie de modelos de cartas (fols. 1-6) cuyas referencias
nos situian en el studium de Palencia, entre 1220 y 1226, y
verosimilmente en el circulo de los clerigos zamoranos enviados
a instruirse a orillas del Carri6n.46 Las cartas nos permiten
curiosear en la vida cotidiana y en los horizontes profesionales
de los escolares, y todavia habremos de aprovecharlas al segundo
prop6sito; pero a la vez atestiguan una ensefianza de notable
calidad. La lengua es liamativamente correcta, e intensa la
preocupacion por el estilo; se siguen, por supuesto, las recetas del
ars dictandi: el esquema jerarquico en la salutatio, el proverbium
realzado por la "prosa, scilicet per pedes" (fol. 8 vo.); mas los

4Cf. Alfonso el Sabio y la "General estoria," pags. 154-56; y, en breve, el


Pr6logo de Luis Alonso al Prosodion de Gil de Zamora.
45 El texto de nuestro c6dice-hasta ahora no conocido ni identificado-es algo
mas largo que los examinados por S. A. Hurlbut en "A Forerunner of Alexander
de Villa-Dei," Speculum, 8 (1933), 258-63.
46 Vease A. M. Barrero Garcia, "Un formulario .. .," pags. 676-79.

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18 Francisco Rico HR, 53 (1985)

patrones convencionales no anulan el prurito creativo, explayado


principalmente por via erudita, con apelaciones a la mitologia y
al mundo clasico, en varios casos apoyadas en reminiscencias
literarias.47
Sendas menciones de Tolosa y de Sens confirman que los
maestros palentinos vinieron en especial "a Galliis." No otro
origen tienen las doctrinas del De ordine epistole (o Ars dictandi
Palentina)48 que ocupa los fols. 6 vo.-9 vo. y refleja fielmente la
teoria de los dictatores de Orleans, harto mas sensibles que sus
coetaneos italianos al encanto de las letras antiguas. Desde las
generalidades sobre lo "utile" y lo "dulce" en la epistola (con cita
de Horacio) hasta la descripci6n especifica de la "prosa" (nunca
se habla de cursus),49 todo ahi trasciende a las pujantes escuelas
francesas; y su fundamental acuerdo con las cartas de las paginas
anteriores nos asegura que no caia en saco roto: las artimafias
del dictamen aurelianense se aplicaban-por ejemplo-a unas
misivas cruzadas entre el Obispo de Zamora y el Rey de Le6n en
torno a una campafia contra los moros (Zen 1222?), el aprendizaje
del trivium se insertaba en la sociedad del momento.
Las reglas del Serviolus (fols. 10-14) sobre "prima ... est
S. . sillaba qualis" ayudaban poco a elaborar la "prosa"-gober-
nada por criterios ritmicos, por mas que el Ars hablara de
dactilos y espondeos-, pero resultaban preciosas para escandir
el verso. A uno y otro objeto servia, en cambio, el sumario de

4 Ademas del fragmento de la carta 11 citado en mi n. 28, l ase, por ejemplo,


otro de la ntim. 13: "quamdam habeo filiam in qua gaudet per affectum Natura
suam potenciam probavisse, nam eius facies rosas tenet mixta liliis [veanse
Eneida, xII, 68-69, y W. Offermanns, Die Wirkung Ovids auf die literarische
Sprache der lateinischen Liebesdichtung des 11. und 12. Jahrhunderts (Wuppertal,
1970), pAg. 132], oris eius suavitas est favo dulcior [Offermanns, Die Wirkung
Ovids, pAg. 135], crines gerit Apollinis et Bachi digitos ac pedes Tetidis"; o n6tese
la fraseologia modelica copiada en ? 41: "Ulixis astuciam imitari vel emulari,
Ectoris fortitudinem experiri, Achilis necgligenciam assignare, Nestoris officium
attendere."

41 Como lo llama C. B. Faulhaber, tinico estudioso que ha dedicado atencion


al tratadillo, en unas apretadas pAginas que tengo muy en cuenta: "Las retoricas
hispanolatinas medievales (siglos xIII-xv)," en Repertorio de historia de las
ciencias eclesidsticas en Espafia, 7 (1979), 11-65 (15-18).
49Vease la anterior n. 12. No niego que en la cuaderna via pueda haber
cadencias influidas por el cursus, pero pienso que el asunto no se ha abordado con
la necesaria solvencia y que se ha malentendido el valor de "curso rimado."

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La clerecia del mester 19

prosodia que cierra la miscelanea (fols. 14 vo.-15 vo.):50 las


cuestiones basicas sobre la clasificaci6n de los fonemas, la cantidad
en las "dictiones," los pies metricos y el "accentus productus" y
"correptus" se ofrecian en una c6moda sinopsis, en parte organi-
zada por preguntas y respuestas, donde no dejaban de filtrarse
retazos de la Eneida (asi "in hoc exemplo: 'Fama volat' ") y de
las Bucolicas ("unde Virgi[lius]: 'Titire, pascentes a flumine reice
capellas' ").
Quiza no hay mejor elemento que los libros de texto para
contemplar las bases de una cultura. De los utilizados en Palencia
entre 1210 y 1230-digamos-, no conozco sino el Verbiginale, la
miscelanea recien hojeada y las lecturas que ambos suponen. No
son gran cosa, pero siguen dando, dandonos lecciones. El tratado
de Pedro de Blois subraya algunas de las actitudes mas caracte-
risticas de la clerecia de la poca: el impulso de difundir los
saberes, pasmosamente acrecidos en el curso de un siglo y ahora
'institucionalizados' en nuevas sedes; el gusto por la fama que,
obedeciendo a ese impulso, se consigue entre los doctos y en el
ambito cada vez mas dilatado por el que corre "la escriptura"; la
tendencia a hacer la ensefianza mas facil y memorable merced al
expediente de dispensarla en verso, y aun con ribetes, mas o
menos logrados, de poesia. No pasemos por alto el dato, que
podria escaparsenos, de puro obvio: los manuales y la required
reading de Palencia estaban mayormente en verso."1 De un lado,
solo los apuntes pros6dicos y el Ars dictandi (pero el dictamen
era tambien metrico, ritmico y prosimetrico); del otro, la Ale-
xandreis, el Verbiginale, el Serviolus, sin duda el Doctrinale.
Notemos ademas que los libros conservados son exclusivamente
de gramitica y ret6rica y que la primera prevalece con mucho.52
En el campo de la gramatica, a su vez, atisbamos una pizca de
los estudios de morfologia y de los auctores leidos o alegados en
clase. No obstante, el lugar de honor indisputable le corresponde

50 Incipit "[L]itterarum alie sunt vocales, alie consonantes"; explicit "a flumine
reice capellas." En el fol. 15 vo., siguen algunos apuntes casi ilegibles, y entre
ellos una version del conocido epigrama de la Anthologia latina, I, 48 (Vento quid
levius?).
S Comp. F. Bruni, "Modelli in contrasto e modelli settoriali nella cultura
medievale," Strumenti critici, N*m. 41 (1980), 10-11 y n. 24.
52 Me atrevo a reiterar la perogrullada que ya he impreso en otra parte: "Los
medievalistas tienden ahora a empezar por la retorica: los medievales empezaban
por la gramatica" (Primera cuarentena, pag. 31).

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20 Francisco Rico HR, 53 (1985)

a la prosodia, asediada con una o con otra perspectiva en todos


los libros de texto palentinos que han sobrevivido. Tal concentra-
ci6n no puede ser un azar: la gramatica y, dentro de ella, la
prosodia recibian en Palencia un trato de favor.
Releguemos, pues, otras posibles sendas (la del dictamen,
verbigracia), y espiguemos aqui alguna muestra de que la poesia
romance participaba del interes por la prosodia latina manifiesto
en la primera universidad de la Peninsula. En el formulario
epistolar de nuestra miscelanea, nos hemos tropezado con una
evocaci6n de los dos malvados de la Alexandreis: "in dolo Nar-
bazonem, necnon Antiphatem in sevitia imitantes." SComo acen-
tuar esos nombres ins6litos? La Edad Media tendia a responder
con la indiferencia o la manga ancha: "ad placitum poni [nominum]
propriorum multa notavi."53 Pero el autor del Alexandre no se
arrog6 ninguna licencia, ni cedi6 a la analogia con los -anes y
-ones del vulgar, ni a la tentaci6n de calcar el paroxitono pater.54
Escandi6 cuidadosamente los hexametros de Gautier y se atuvo
al criterio que ellos proporcionaban. Puesto que la Alexandreis
traia "Bessus, Narbazanes,55 rerum pars magna tuarum" (v, 302)
y "Nam meus Antipater, Macedum prefectus, ab ipsis" (x, 150),
el Libro respet6 en ambos casos el esdrfijulo:
que Bessus e Narbaizones lo avien a matar; (142d)
desque el tu Antipater en Babilonia vino. (2531c)

Decenas de otros ejemplos ("Nicanor," "Metades," "Anfiloco,"


"Ariston"56 garantizan que el rimador castellano media escru-
pulosamente los versos de Gautier y reproducia la prosodia latina,

" A. de Villedieu, Doctrinale (1558) (ed. D. Reichling [Berlin, 1893], pag. 100).
Comparese, vgr., Nebrijafrente a los bdrbaros, pag. 31, n. 6; M. R. Lida de Malkiel,
Juan de Mena, poeta del prerrenacimiento espaitol (Mexico, 1950), pags. 276-83; F.
Lazaro Carreter, "La poetica del arte mayor castellano," en sus Estudios de
poetica (Madrid, 1976), pags. 75-111; y L. Alonso, en el Pr'logo al Prosodion de
Gil de Zamora.

5 Tentaci6n favorecida por comentarios y por juegos de palabras como el que


se lee en una glosa a la Alexandreis: "ab Antipatre et divino patre intoxsicatus"
(ed. M. L. Colker, pag. 493).
55Los MSS de la Alexandreis presentan asimismo la variante "Narbazones,"
como el epistolario palentino y el texto O del Alexandre (P trae "Narb6qones").
56 Vease N. J. Ware, "The Testimony of Classical Names in Support of Metrical
Regularity in the Libro de Alexandre," HR, 35 (1967), 211-26, con datos muy
utiles.

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La clerecia del mester 21

inmune a las instigaciones de la vernacula. Incluso aparte de los


nombres propios, en terrenos harto mas propicios a las interfe-
rencias del romance, el Alexandre, Berceo y el Apolonio nos
sorprenden por la osadia con que mantienen la pronunciaci6n de
la lengua docta: no s6lo imponiendo "c'encia" y "sapYencia,"
"devoci'n" y "visifn," sino introduciendo "confessor" o "demon"
y aun formas verbales como "significa" o "versifico."57 A la luz
de los manuales palentinos, en efecto, advertimos mas cabalmente
que la "clerecia" de que se enorgullece el protagonista del
Alexandre (38 sigs.) esta tambien en la acentuaci6n que se gasta,
y no tinicamente en las disciplinas que enumera:
Entiendo bien gramatica, se bien toda natura,
bien dicto e versifico, connosco bien figura,
de cuer se los auctores

La victoria de la norma latina sobre las tendencias romances


en prosodia no es mero fenomeno ocasional o de detalle: Ilega a
afectar al mismo coraz6n del "mester," a uno de los factores que
lo moldean en grado decisivo. Que decisiva es, en verdad, la
rigurosa proscripci6n de la sinalefa que se observa en la cuader-
navia desde el Alexandre y Berceo al Apolonio y el Poema de
Fernan Gonzdlez. La realizaci6n como heptasilabos de "que a
esta pregunta," "ya era el venino" o "de entender leyenda"58
suponia y supone ejercer una irremediable violencia contra el
oido castellano. Si el "mester" la practic6 de modo tan inmiseri-
corde, ha de tratarse de uno de los ejes de su poetica. De hecho,
la ausencia de sinalefa, a la vez que condiciona las "silabas
contadas," repercute a las claras "en otros niveles de la estructura
del verso": y, asi, en convergencia con recursos como la supresion
de particulas relacionantes, como las frases parenteticas o los
hiperbatos, contribuye en medida importante a "segmentar la
lengua, descomponiendola en sus distintos elementos o unidades
sintacticas, esto es, separando las distintas categorias lexicas y
gramaticales," y propicia "la andadura pausada . . . o ritmo
desligado" del discurso.

57 Vid. las importantes observaciones de B. Dutton, "Some Latinisms in the


Spanish mester de clerecia," KRQ, 4 (1967), 45-60, y "French Influences in the
Spanish mester de clerecia," en Medieval Studies in Honor of R. W Linker
(Valencia, 1973), pags. 73-93; tambien D. A. Nelson, ed. cit., pag. 157, n. a c. 29, y
R. Wright, Late Latin, pags. 249-50.
58 Alexandre, 1147 d, 1126 c, 1059 d.

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22 Francisco Rico HR, 53 (1985)

Las conclusiones de Isabel Uria59 que acabo de transcribir me


parecen substancialmente exactas. La dialefa obliga a una lectura
despaciosa, deslinda una por una las piezas de la sarta lingiiistica,
subrayandolas y proponiendolas todas a una percepcion mas
atenta y eficaz. El procedimiento es solidario, por ejemplo, del
que fragmenta el "curso rimado" en estampas, vifietas o 'paneles'
recuadrados por el marco del tetrametro. En espera de analisis
minuciosos, bastaria esa observacion para convencernos de que
la prohibicion de la sinalefa constituye una de las claves, insisto,

de lapodemos
que poetica del "mester."
contestar Pero ,de d6nde
sin vacilaci6n: de la viene tal latina
prosodia clave? mas
Creo
prestigiosa a comienzos del Doscientos.
Si Ovidio procuraba esquivar la elisi6n y si las Etimologias
(II.xix.2) aconsejaban rehuir la "consonans -m inlisa vocalibus,"
algunos "moderni" del siglo xII extremaron la aversion a la
"synalimpha," considerandola prueba de rudeza, de rusticitas.60
En la gramatica mas difundida y estimada en la centuria siguiente,
el Doctrinale (1603-04, 2432-34) de Alejandro de Villedieu, esa
aversi6n desembocaba en un veto tajante, promulgado por partida
doble y en terminos de extraordinaria severidad:
Dictio vocali finita vel -m sibi subdi
versu vocalem nunquam permittit eodem .
Ecthlipis [var. elipsis] necat -m, sed vocalem synalimpha:
"tu popul(um), alme pater, salvast(i) a morte receptum."
Viles sunt istae prae cunctis et renuendae.

Profesores y escoliastas explicaron el por que de tamaila 'vileza':


elisi6n y sinalefa mutilaban el lenguaje, vaciaban de significado
a las palabras y, borrandoles los limites, se prestaban especial-
mente a la confusion,"1 mientras, por el contrario, el hiato, "altera

59 "Sobre la unidad del Mester de Clerecia .. .," pags. 184-86. Acota a su vez
don Francisco Yndurain: "La cuarteta de clerecia se acomoda a un esquema
ritmico en que silabas contadas y pausas o semipausas van coincidiendo con
unidades semanticas y sintacticas muy cuidadosamente ceiiidas" ("Un artificio
narrativo en Juan Ruiz," en su libro De lector a lector [Madrid, 1973], pag. 18).
60 "Sciendum vero-escribia Pablo el Camaldulense-quoniam nostri predeces-
sores synalimpha solent uti . . . Quod a modernis vitatur, non quia non liceat,
sed quoniam rustico modo prolatum videtur" (apud C. Thurot, Extraits, pag. 444,
y P. Klopsch, Einfiihrung in die Dichtungslehren des lateinischen Mittelalters
[Darmstadt, 1980] pag. 95).
61 Veanse C. Thurot, Extraits, pags. 444-48, y P. Klopsch, Einfiihrung, pags.
94-95 (al tratar de la "Wissenschaftlichkeit" en "Die neuen Poetiken") y sv.

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La clerecia del mester 23

cesurae species," reforzaba la "divisio sillabe a sillaba et dictionis


a dictione."62
Dificilmente cabia esperar otra cosa del sistematismo y afan
racionalista de Villedieu y su tiempo. Los "clericuli" para quienes
se habia escrito el Doctrinale (v. 1) tampoco dudarian en extender
la interdicci6n de la sinalefa a los poemas romances en que
vertian la "ciencia" atesorada en las nuevas escuelas. En vulgar,
la dialefa recalcaba pros6dicamente la enjundia del mensaje y,
por ende, lo presentaba como mas provechoso. Sin embargo, el
provecho del lector no se buscaba a costa de empequeniecer al
autor: bien al reves, la aplicacion de la prosodia latina era un
alarde de "clerecia."63 En unos aspectos, el autor ponia sus
conocimientos a la altura del lector; en otros, el lector tenia que
subir hasta la del autor. Asi, la prohibici6n de la sinalefa se diria
un sintoma excelente de la dualidad constitutiva del "mester":
empeio didactico-"deve de lo que sabe ome largo seer"-y
ostentacion erudita de "maestria." Pero la "grant maestria" en
evitar todo "pecado"64 en la cuenta de las silabas era, seguin el
Apolonio, una "nueva maestria." No se nos oculte que nos enfren-
tamos con la misma conciencia de novedad que expresaba Pablo
el Camaldulense al oponer los usos pros6dicos de un antaiio burdo
("nostri predecessores") y el elegante destierro de la sinalefa
proclamado por los "moderni" (vease n. 60). En uno y otro caso,
la dialefa separaba, a la vez que silabas, mentalidades y culturas.*
FRANCISCO RICO
Universidad Autonoma de Barcelona

62 Doctrinale, 2423, y glosa en C. Thurot, Extraits, pag. 451 (y vease 417).


SDe "alarde" de "cultura escolastica," de "artificio perseverante y sagaz
industria literaria," hablo con toda justicia Menendez Pelayo, Antologia de poetas
liricos castellanos (Madrid, 1944), I, 154. No sera azar que una famosa cantiga de
Airas Perez Vuitoron anuncie "disse-lhi Pero Soarez un vesso per clerizia" e
incluya a continuacion la linea mas dificil del poema: "Non vetula bonbatricon
scandit confusio ficum" (Cantigas d'escarnho, ed. M. Rodrigues Lapa [Vigo-
Coimbra, 1965], pags. 130-32; vease J. M. Diaz de Bustamante, "Notas minimas a
los latines de Vuitoron," Verba, en prensa).
64 Para el valor tecnico de "pecado," vease mi apostilla arriba aludida (n. 13).
* Continua en el numero siguiente.

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