Del curso: Trucos de diseño gráfico

Sigue el flujo de las líneas

Cuando tengo una imagen con líneas muy marcadas, casi siempre lo primero que intento es que las líneas de la imagen y las de la página vayan en la misma dirección. Veamos tres ejemplos. Esta es una imagen con la que suelo trabajar a menudo. Está entre mis favoritas porque las líneas son muy fuertes y tiene una línea central que sobresale. La modelo es simétrica a ambos lados de esa línea. Tenemos líneas en la solapa del kimono, y también se forman líneas en el rostro; los ojos están alineados; tenemos la línea de la boca, y la mirada va hacia abajo. Es decir, todas las líneas de la imagen están centradas hacia el centro y la parte inferior, así. Por lo tanto, al colocar esta imagen en un espacio limitado, nos convendrá aprovechar esta característica. Aquí tenemos una página con orientación vertical con un eje vertical muy marcado. Y queremos que las líneas de la imagen y las de la página muestren el mismo movimiento. De lo contrario, podríamos terminar con una disposición como esta. Aquí el problema es que la mujer está centrada aquí, como vimos, con las líneas apuntando hacia abajo, mientras que la línea de la página está aquí, así que existe una desconexión. Las líneas no están sincronizadas, lo que origina otros problemas. Uno de ellos es que la imagen está recortada y flotando en el aire, que es una colocación antinatural, ya que todos los elementos de la imagen van hacia abajo. El segundo problema es que este espacio que sobra resulta extraño. Si lo dejamos así, acabaremos teniendo un diseño de este estilo, que en realidad no debería considerarse un diseño. Aquí nos hemos limitado a crear cuatro objetos: un título, un texto; otro texto y la imagen, todo distribuido en función del espacio que teníamos, en lugar de crear un flujo, ritmo o jerarquía entre los elementos. No conviene hacer esto. La solución, o lo que yo haría, es en primer lugar que la línea de la imagen y la línea de la página vayan en la misma dirección. Así el resultado va a mejorar mucho, excepto que la imagen sigue siendo pequeña y recortada; sigue flotando. Además, como los hombros salen recortados, se crea una forma antinatural de la que vamos a tener que partir para diseñar. Entonces, la mejor solución es esta, colocar la imagen en la parte inferior. La imagen está sangrada y ya no sale flotando en medio del espacio vacío. Ahora tenemos a la mujer delante y la observamos claramente. Además, todas las líneas van en el mismo sentido, tanto la línea de la página como la línea que crea la geisha. Voy a enseñarte dos cosas relacionadas con la disposición de las líneas. Primero, voy a colorear la página de negro, un color muy poderoso y silencioso. Ahora el cabello se difumina con el fondo, lo que hace que el rostro y el kimono y, sobre todo, los ojos y los labios, destaquen por sobre el resto de la imagen. En segundo lugar, voy a ampliar la imagen. Ahora es obvio que todas las líneas van en el mismo sentido. Aquí tenemos la línea central, que es evidente: las líneas de la visión, el triángulo de la cara, las líneas de las mejillas, de la solapa… Todo va hacia abajo. El tamaño es muy grande. Y ahora podemos agregar el texto, pero todas las líneas se dirigen hacia este punto. Esta solución es la más atractiva. Tenemos un elemento enorme y otro pequeño. Una imagen suavizada, y otra con mucha textura y nivel de detalle. Tenemos mucho contraste. El resultado es cautivador, y todo porque las líneas funcionan a la par y se dirigen hacia el mismo punto. Voy a enseñarte dos ejemplos más. Aquí tenemos un rascacielos centrado en el espacio con una línea vertical muy marcada. Como la imagen está centrada, tenemos dos líneas verticales que destacan. Sin embargo, la distribución en la página es asimétrica, como bien puedes ver. Fíjate en que el centro del edificio y el de la página no son armónicos. La página está limpia. El diseño es correcto, pero aquí tenemos un espacio en blanco bastante aleatorio. Sin embargo, esta opción funciona, porque las formas no se crean para comunicarnos algo. Y algo interesante: la solución del centro guarda más conexión con la página. Todo se dispone hacia la línea central. El texto está justificado con los bordes de la imagen, y se forman unas líneas verticales marcadas. Es decir, todas las líneas de la página van en la misma dirección, pero nos queda esta forma extraña en medio del blanco. El problema es que es tan simétrico, que parece que el espacio significa algo. En diseño, el espacio vacío puede tener una presencia muy potente, como si quisiera decirnos algo y ampliar el significado. Es lo que ocurre en este caso, aunque esa no era la intención. El diseño que elegiría yo, y lo tengo claro, sería algo así. Aquí tenemos una línea central muy marcada. El edificio va de arriba abajo en la página. A la derecha tenemos este espacio negativo, al igual que antes, y a la izquierda, una columna de texto cubre el espacio. Lo que más me gusta es que las líneas van en la misma dirección que la página, y aun así, tenemos algo de asimetría en el diseño. Esta asimetría produce algo de tensión, pero está hecho a propósito. Lo único que observamos en el diseño es la propia ilustración, el elemento visual, y además, el texto que la describe, el componente verbal. No hay nada más. No tenemos espacio vacío que parece que quiere comunicar algo cuando no es así. Para la vista, el elemento de la derecha es el más limpio y poderoso de las imágenes, y es en el que me fijo en primer lugar. Puede que a ti no te parezca lo más adecuado, pero creo que es una buena solución. Veamos un último ejemplo. En este caso, un paisaje. Elegí esta imagen a propósito. Todas las líneas están distribuidas de forma horizontal. Tenemos las líneas del horizonte, las de las colinas, las del césped del primer plano… Son todas muy marcadas. El diseño tendrá que tener esto en cuenta. Hemos colocado el texto respetando la distribución horizontal. Aquí en el espacio negativo se crea una línea horizontal que no existía hasta que colocamos el texto, que tiene el mismo tamaño que este espacio, y casi el mismo tamaño que este espacio de la parte superior. Ahora tenemos líneas horizontales armónicas de izquierda a derecha y también en el tamaño de arriba abajo. A mi parecer, la línea que destaca más es esta. He dejado el título flotando, sin alinearlo con más elementos. Si lo quisiera justificar con estas partes del texto, se crearía un rectángulo que no queremos. Prefiero dejar el título aquí arriba con espacio, como si fuera una forma libre. Yo no lo veo como parte de la línea. Puede que tú sí, y que veas esta forma. Si te pasa, una posible solución sería esta, cambiar de color el titular y darle así más luz, como dice el texto. Ahora se atenúa en la imagen, y la línea que destaca pasa por aquí. Puede que no sea evidente, pero estoy basándome en una cuadrícula. Aquí la tienes. Es como cuando diseñamos una revista. Tenemos una cuadrícula de dos columnas y media. Como ves, solo estoy utilizando esta parte. Esta es otra opción para este diseño. Utilizamos la misma cuadrícula, dos columnas y media. Sin embargo, ahora, en vez de distribuirlas horizontalmente, lo hacemos de forma vertical. Es un buen método para hacer un titular, un subtítulo y otro tipo de texto, pero aquí ya no se respeta la línea de la imagen. Ahora la línea dominante está aquí. Por eso prefiero otras opciones. Además, con este diseño surge todo este espacio rectangular que sorprende al lado de las líneas naturales y suaves de la imagen. La vista tiene que recorrer todo este espacio para llegar al texto. El rectángulo molesta. Este es el resultado con el que nos quedamos. Cuando tienes líneas que destacan en la imagen, coordínalas con las líneas de la página, así como las del diseño. Es decir, siempre que puedas, haz que las líneas de la imagen, las de la página y las del diseño estén en armonía y funcionen en la misma dirección. Es lo que hago en primer lugar, con muy pocas excepciones. Este ha sido nuestro diseño de hoy. Hasta la próxima.

Contenido