Controlar y optimizar las fuentes de sonido es otra forma de reducir el ruido en oficinas y aulas de planta abierta. Puede reducir el volumen o la frecuencia de las fuentes de ruido externas, como el tráfico, la construcción o la maquinaria, instalando ventanas de doble acristalamiento, aislamiento o puertas insonorizadas. Además, puede reducir el volumen o la intensidad de las fuentes de ruido internas, como equipos, dispositivos o personas, utilizando modelos más silenciosos, ajustando la configuración o manteniéndolas regularmente. También puede optimizar la calidad y la distribución de fuentes de sonido internas como música, voz o señales mediante el uso de altavoces, micrófonos o amplificadores adecuados. Además, se pueden emplear sistemas de enmascaramiento de sonido o ruido blanco para producir un ruido de fondo de bajo nivel que puede cubrir o reducir el impacto de otros ruidos. Para garantizar el éxito en la reducción de los niveles de ruido en estos espacios, es importante establecer y hacer cumplir políticas o pautas de ruido, como usar auriculares, silenciar teléfonos, hablar en voz baja y programar actividades ruidosas fuera de las horas pico.